“Creí que me mataba de la manera que me pegaba y me pateaba” nos contaba Luciana Casali (27) Un hecho de violencia inconcebible ocurrió el pasado domingo 18 de enero en la casa Nº 54 del barrio Fonavi, de la ciudad de Villa Ocampo, alrededor de las 10 de la mañana.
“Yo estaba hace unos 25 días en la casa de mi mamá porque corté una relación que venía de mal en peor con Mariano (Mariano Gabriel Vouilloz – abogado) y parece que él no quería asumir que era definitiva” comenzó narrando Luciana María Casali (27).
“El domingo a eso de las 10 de la mañana me encontraba sola en la casa y golpean la puerta: abro y Mariano me empuja, tranca desde adentro y comienza a pegarme puñetazos por la cara, por los brazos hasta que caí al suelo. Traté de detenerlo pidiéndole que hablemos pero se puso peor: Me pateaba por todo el cuerpo, por la cabeza, los brazos, las piernas, mi arrancó mechones de cabello y creí que me mataba” agregó.golpiza22
“Grité pidiendo auxilio y algún vecino llamó a la Policía: cuando él se escapaba justo llegaron en un patrullero y lo llevaron. Tengo que agradecer la contención que recibí de parte de una de las Policías de apellido Bregant que fue la que me tranquilizó, me calmó y luego me trasladaron al hospital” finalizó diciendo Luciana Casali.
HABLA EL PADRE, ELVIO CASALI
“Este tipo casi mata a mi hija, ya radicamos la denuncia y esta mañana fuimos a con nuestra Abogada a hablar con el Fiscal de turno en Las Toscas el Doctor Coguk. Lo que sabemos es que este abogado ya tiene antecedentes con otras parejas a las que le hizo lo mismo, pero a mi hija estuvo a punto de matarla de tantos golpes que le dio” expresó a este cronista. «Mi hija tiene lesiones graves y no puedo entender como este señor sigue suelto» agregó.
HOSPITAL DE VILLA OCAMPO
golpiza23La joven Luciana se encuentra internada en la habitación Nº 17 de dicho centro de salud y es lamentable ver el estado en que se encuentra luego de la golpiza. Un hecho de violencia de género que hoy sale a la luz cuyas consecuencias para el agresor todavía son una incógnita.
Raúl Enrique Dubouloy