Más de treinta kg de cocaína, más de 2.100.000 pesos, Dólares, Reales, tres ciudadanos chinos indocumentados de un total de cinco que viajaban desde Resistencia a la ciudad de Las Toscas en un vehículo de alta gama; el reactivo que da tres veces positivo, que demuestra que sin lugar a dudas se trata de “Clorhidrato de Cocaína” y luego de diez horas aparece el laboratorio móvil de la central policial santafesino y afirma y confirma que no es Cocaína, sino que se trata de una sustancia lactosa, por lo tanto el juez federal determina que “ES LECHE”.
El proceso para verificar si una sustancia es clorhidrato de cocaína o pasta base tiene dos etapas, que son prácticamente iguales. Una se hace en campo con la policía directamente relacionada con el caso y la otra, la hacen los integrantes del laboratorio científico que vienen de algún lugar no especificado a corroborar que lo que hicieron los policías en el lugar del hecho, este bien y sin dudas todo el trabajo de campo hecho por los efectivos participantes del operativo, estaba bien hecho, con más profesionalismo y seriedad que lo hecho por la bioquímica que envió el juez federal de Reconquista, ya que este mismo laboratorio, informó a la justicia que lo capturado hace más de un año en poder de los “Monos”, era azúcar y NO cocaína.
Un trabajo impecable de la policía actuante, con convicción y tratando de preservar a la sociedad de la maldita DROGA, mientras que los científicos y magistrados, coordinan acciones mal habidas con quienes envenenan a la sociedad y hoy por hoy se creen impunes.
Hasta ahora nadie tiene respuestas.
Que falló?. En principio la policía hizo mal su trabajo?. NO, los reactivos son los mismos que usa el cuerpo científico y provisto por ellos, así que por ahí la cosa no va.
En el traslado cambiaron la droga por leche? Tampoco, porque el laboratorio de químicos vinieron a Florencia y no al revés como suponíamos. Es decir la droga no se perdió en el camino, porque no había camino.
No era droga? Galfrascoli asegura que “era cocaína y de la mejor” y de esto él sabe y mucho. Hace rato que trabaja en el ámbito y conoce de que estamos hablando, no es un perejil capaz de confundir la droga con leche en polvo.
Donde está la plata y cuanto realmente había? Galfrascoli dijo que había, 2.145.000 pesos. Ahora hablan de que el dinero era mucho más.
“Había plata por todos lados, desparramada, atada, en los bolsillos” dijeron.
La bolsa de dólares cuanto tenia? 20 mil, o había lo que dicen, más de 200 mil?.
Todo es misterio, habrá que ver que dice el Juez Federal Aldo Alurralde.
Como es el proceso de análisis de la cocaína? La prueba de Scott o prueba del tiocianato de cobalto es una prueba química probada para mostrar la presencia de cocaína. El reactivo tiocianato de cobalto puede ser preparado disolviendo 10 g de tiocianato de cobalto(II) en una mezcla de 490 mL de agua destilada y 500 mL de glicerol.
La prueba del tiocianato de cobalto es llevada a cabo colocando aproximadamente 2 a 4 mg de una sustancia objetivo en un tubo de ensayo de vidrio, luego se agregan 5 gotas de reactivo de tiocianato de cobalto. Después de agitar, se agrega 1 o 2 gotas de ácido clorhídrico concentrado (también pueden usarse otros ácidos1 ), y se agita nuevamente el tubo. Finalmente se agregan 10 gotas de cloroformo (o un solvente similar), y se mezclan los líquidos en un mezclador de vórtice, permitiéndoles luego reposar y separarse en dos capas. El color final de la fase del cloroformo (orgánica) es registrado.
La adición de reactivo de tiocianato de cobalto a clorhidrato de cocaína resulta en la superficie de las partículas volviéndose de un azul brillante (azul débil para la pasta básica de cocaína). La solución regresa al rosado al agregárse una o dos gotas de ácido clorhídrico y mezclar. La adición de 10 gotas de cloroformo, y el permitir que la solución repose resulta en una fase orgánica azul tanto para el clorhidrato de cocaína y la pasta básica de cocaína.
La difenhidramina y la lidocaína también dan fases orgánicas azules. Estos compuestos son conocidos por dar falsos positivos para la cocaína.
Antonio Avalos