Que a uno le toque enfermarse es cosa de la vida, tratamos de llevarla lo mejor posible y pasado el shock que produce toda enfermedad seria, lo que significa la noticia, tratamos de asimilarla, sacar fuerzas, y nos hacemos la idea que el camino es largo, de lucha y altibajos; sabemos que es una prueba que nos pone el Señor, y que como se dice, nos da solo lo que podemos soportar y así lo vamos entendiendo, de a poco, no es fácil para nadie.
Hoy componen test psicológicos, afectos, el contexto familiar, amigos, lo que se llama contención, y ahí de un rato para el otro nos damos cuenta que la vida cambió, no hay planes, el tiempo ya no es nuestro, se nos terminó la libertad, ya no decidimos, nuestro tiempo lo pasa a manejar otros, aquellos que tienen que ayudarnos, a sanarnos, a estar lo mejor posible.
A veces todo vuelve a la normalidad, otras veces no, para algunos tal vez no hay futuro, es la vida. Se que muchos cuando lean la van a entender, se van a identificar, porque esto lo están viviendo, o lo vivieron, o conocen a alguien que lo pasó y saben que estos momentos lo que más necesitan los pacientes es atención, buen trato, que le allanen el camino.
Ustedes estarán pensando que tiene que ver esto con el titulo de esta carta abierta, y yo les digo, como médico, lo he visto padecer a muchos pacientes, algunos pude ayudar, a otros no. Hoy me toco la triste experiencia de autorizar una practica a mí y puse de título «Odisea», porque es la palabra que más refleja lo que pasan los pacientes.
He aportado al IAPOS más de 30 años y ahora que lo necesito, para utilizarla me encuentro padeciendo lo que veía en mis pacientes, la ODISEA de autorizar practicas, tratamientos en el IAPOS.
Hace 20 días presenté para que me autoricen una práctica sin la cual no le comenzarían el tratamiento a mi señora, que ya tenía el diagnóstico hecho, solo faltaba un PET-CT, después de ir y llamar innumerables veces concurrí el lunes 30/11 a las oficinas de IAPOS, en la calle Rioja de la ciudad de Rosario, y me dicen que no estaba autorizado. Luego de ponerme firme y al cabo de dos horas de espera, una supervisora me dice que habían perdido mis pedidos y que tenía que presentarlos de nuevo, conmigo estaba otra señora que padecía la misma situación, pedí hablar con la subdirectora y luego de tres horas me autorizaron la tomografía y así poder comenzar el tratamiento.
Lo positivo fue la predisposición del personal, que me dijo que eran muy pocos. Sr. Director del IAPOS, Silvio Gonzalez, ojalá nunca le toque vivir esta ODISEA, que le aseguro les pasa a muchísimos de sus afiliados a tan importante obra social, y menos en los momentos más difíciles; le pido que se ocupe de los verdaderos problemas de sus afiliados para que dejen de padecer en los momentos más complicados.
Siempre lo escucho tan preocupado por el plus y me parece bien, pero creo que esta dejando a sus afiliados solos cuando más lo necesitan. Le vuelvo a repetir, ojalá nunca le toque, se que muchos no se animan hacerlo público, yo lo siento como una obligación de ciudadano en denunciar esta situación y espero que sirva para que Ud. se interiorice y recorra las oficinas de atención al público y vea la realidad.
Sin otro particular y esperando se preocupe y arbitre los medios a su alcance para que todos quienes realmente necesitan la obra social y sepa que no es por placer, se sientan respaldados en tan difíciles momentos. Yo, quizas tenga la posibilidad de defenderme o tener otra obra social para esa mañana en tres horas vi tanta gente pidiendo por favor que me sentí realmente comprometido a escribirle y pedirle por los que menos tienen que es lo que tanto pregonan desde el gobierno.
Quedo a su disposición y a la de cualquir afiliado al IAPOS en lo que pueda ayudar. Atte.
Dr. Leonardo Benitez
DNI N° 12774037