Tal como viene informando la Entidad Binacional Yacyretá, en la cuenca de aporte a la Central Hidroeléctrica se produjeron importantes precipitaciones que dieron origen a caudales del orden de 30.000 m3/seg, los mismos se presentan de manera sostenida lo cual aumenta la dimensión hidrológica del fenómeno. Este caudal diario es el más alto registrado de todos los meses de noviembre desde el año 1901.
Efectivamente, en sus comunicados semanales, desde el mes de setiembre del año 2015 Yacyretá viene alertando sobre las posibles consecuencias derivadas de un intenso fenómeno climático derivado de la corriente de “El Niño”, el cual, se está manifestando actualmente.
Debido a los altos caudales ingresantes al embalse, los mismos se aprovechan para aumentar el salto y favorecer la generación de energía y se descargan los excedentes por las compuertas del vertedero del Brazo Aña Cuá del río Paraná, para mantener un caudal ecológico permanente. Pero cuando los caudales exceden dichas maniobras, como es el caso de éste período con un caudal de más del doble del promedio anual, se procede, además, a la apertura de las compuertas del vertedero del Brazo Principal. Con esta forma de operación de los vertederos de la central hidroeléctrica, se previenen riesgos para las poblaciones costeras, al mantener los niveles de las aguas debajo de la presa en condiciones similares a las naturales de crecida, previa a la construcción de Yacyretá, y también se evita la inundación de poblaciones aguas arriba de la central.
Este fenómeno de alto caudal, que coincide con el período migratorio normal de gran cantidad de peces para el desove, ocasiona una mayor aglomeración de los mismos en cercanías de la estructura de la represa de Yacyretá.
La evacuación de los caudales excedentes, incorpora aire en su descarga, que se produce en forma natural debido a la elevada turbulencia a la salida de los mismos, produciendo un aumento en la concentración de gases.
Desde el sector Medio Ambiente de la EBY se han realizado estudios tanto en medio natural como bioensayos de laboratorio que determinaron que algunos niveles de gases pueden ocasionar lesiones en la fauna íctica. Estos estudios y la evaluación del manejo detallado de las maniobras en los Vertederos, han orientado una reforma en la obra civil, realizada en el año 2003, para modificar la lámina de agua desde los vertederos, a fin de disminuir la incorporación de gases aguas debajo de la presa.
Mediante mediciones de gases, por parte del sector de Medio Ambiente de la EBY, tanto en situaciones anteriores y en el caso de éste período actual, los niveles de saturación no están ocasionando la acumulación de gases internos en los tejidos de los peces, por lo cual se descarta este hecho como causante de mortandad de peces.
Los peces de cuero con hábitos de fondo (armado, bagre, surubí, manguruyú), debido al evento de crecida, están con inconvenientes para encontrar profundidades de compensación de gases, pero lo van haciendo aguas abajo. Por lo cual, las mortandades de peces que se pueden observar en algunos lugares se deberían a las condiciones turbulentas de la columna de agua, por efecto de los altos caudales en el presente período de crecida, lo cual ocasiona dificultades para sumergirse, hecho por el cual se pueden ver nadando en la superficie y luego ser arrastrados por el aumento de la corriente hacia la costa.
En la medida que los caudales afluentes se reduzcan, los efectos sobre la fauna ictica irían disminuyendo paulatinamente.
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