Eduardo Sierra, climatólogo de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y de la Facultad de Agronomía de la UBA, explicó que este año se suma al fenómeno de «El Niño», asociado a un incremento en las precipitaciones, una serie de inestabilidades climáticas que vienen afectando a la región desde 2007.
«Nuestro enfoque es que desde 2007 entramos en una etapa de variabilidad climática muy fuerte, por eso ese año nevó en Buenos Aires, por eso tuvimos dos años de seca terrible en 2008 y 2009, después llegaron lluvias y sequías otra vez. Pasamos por todos los extremos, sin necesidad de El Niño», explicó Sierra.
Para el climatólogo, a ese fenómeno de variabilidad hay que sumarle el efecto de «El Niño», que esta temporada va a traer lluvias muy concentradas en poco tiempo.
«Vamos a tener quizás uno o dos episodios por mes, pero de mucha intensidad», dijo y recordó que «en 2012 no fue un año Niño y se inundaron 11 millones de hectáreas en la provincia de Buenos Aires».
Como recomendación para los productores agropecuarios, Sierra opinó que hay que prepararse para «la incertidumbre y no para el pronóstico».
«Desde las fuertes precipitaciones de agosto no aparece hasta mediados de octubre una tormenta fuerte. Hay que estar preparados, limpiar canales, eso se puede hacer y sirve mucho», dijo.