El ministro de la producción, Carlos Fascendini, presentó el documento que su cartera confeccionó en colaboración con productores y pequeños industriales en el que se proponen al gobierno nacional algunas acciones para sobrellevar la crisis que amenaza con dar un duro golpe a la lechería nacional, a raíz de la sobre oferta de materia prima que existe en el mercado doméstico y la imposibilidad de colocarla en el exterior.
El eje del trabajo, titulado “Propuesta de Santa Fe para superar la crisis de la cadena láctea”, solicita que las industrias tengan libre disponibilidad de las divisas de las exportaciones que se realicen hasta fin de año; que puedan liquidar esas divisas en un plazo de seis meses; y que se permita abonar a los tamberos la leche excedente con un cheque de pago diferido (a 180 días), comercializable en las Bolsas de Valores de Santa Fe y Rosario.
El fundamento es que, a los actuales precios de exportación -en torno a u$s2.000 la tonelada de leche en polvo-, no es rentable colocar embarques en el exterior y la medida podría servir para financiar ventas.
“La industria no tiene interés en vender a estos precios, por eso hay que incentivarla”, dijo el ministro. Sin embargo, las fábricas agrupadas en el Centro de la Industria Lechera (CIL) -las más grandes del país- no apoyan la iniciativa, a la que el presidente de la entidad, Miguel Paulón, consideró “inviable”.