Bonfatti entregó una réplica del sable corvo del Brigadier López a 16 integrantes de la fuerza que alcanzaron a la máxima jerarquía policial.
“Queremos que cada vez que miren este sable piensen en lo que simboliza: la ética, los valores, la decencia en el manejo de la cosa pública y el resguardo de los santafesinos”, expresó el gobernador Antonio Bonfatti al entregar una réplica del arma que usara el Brigadier Estanislao López a los 16 nuevos directores generales de la Policía. De esa manera, el gobierno provincial reconoció la labor policial a través del símbolo de mando que evoca la máxima jerarquía que ostentó el caudillo en la fuerza de seguridad de Santa Fe.
“Hoy en Santa Fe estamos recuperando una vieja tradición, que se perdió hace décadas, tantas que ni siquiera sabemos con certeza cuál fue ese momento. Quisimos retomar la entrega del sable corvo del brigadier López como un hecho simbólico”, remarcó Bonfatti, y añadió: “Estamos empeñados en llevar adelante la plena transformación del Estado provincial y dentro de él, la de la Policía. Así como queremos tener la mejor educación y la mejor salud pública, también queremos tener la mejor Policía”, insistió.
El acto se realizó este martes en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, en la ciudad de Santa Fe, con la presencia del vicegobernador Jorge Henn; y de los ministros de Seguridad, Raúl Lamberto, y de Gobierno y Reforma del Estado, Rubén Galassi.
El brigadier general Estanislao López fue gobernador de Santa Fe desde 1818 hasta su muerte en 1838, ostentando el grado de Comandante General de Armas, máxima autoridad de las fuerzas de seguridad en esa época.
“Cuando el brigadier López muere en 1838 -explicó el gobernador-, un inventario indica que deja como herencia un sable corvo de un valor de 6 pesos y dos pinturas, de 1841 y 1844, en las que aparece el arma. Indudablemente, se fabricó en Caroya, Córdoba, donde había una comunidad jesuítica que fabricó muchos sables para la época que culmina con la independencia de nuestro país. Ese fue, creemos, el sable corvo que se entregó hasta 1971 a los comisarios generales en la provincia”, reseñó.
La provincia entregaba el sable a los egresados de la Escuela de Oficiales de Policía, acto que dejó de ser realizado cuando comenzó a funcionar el Instituto de Seguridad Pública (ISeP).
“Recrear esa tradición y reconocer a los que llegan a la máxima jerarquía de la carrera policial -prosiguió Bonfatti-, constituye todo un símbolo de autoridad y defensa. Con su sable, el brigadier López defendió a la provincia, tanto como lo hacía con su sola presencia, de servidor y de hombre humilde que no ostentaba lujos. Queremos que signifique lo mismo para cada uno de ustedes, para lo cual hay que estudiar y capacitarse, siempre dando el ejemplo a los subordinados y acompañándolos, y siempre predispuestos a tener una institución cada día mejor”, finalizó.
Recibieron el sable el jefe y el subjefe de la Policía de la provincia, Omar Odriozola y Raúl Ardiles, respectivamente; los cinco jefes policiales de región, Hugo Rodríguez, Daniel Alcaraz, Héctor Romang, José Amaya y Rafael Grau; y también Roberto Gambande, Walter Miranda, Rubén Gabriel, Hernán Brest, Hugo Miñoz, Sergio Sanczuk, Jorge Granados, Luis Rodas y Luis Bruschi.