EL SUB JEFE DE DROGAS PELIGROSAS DE RECONQUISTA – El ex subjefe de Inteligencia de Drogas Peligrosas en Reconquista, César Ariel Ibáñez, confesó que llevaba cocaína para plantarla en operativos antinarcóticos.
El fiscal federal Walter Rodríguez amplió la imputación y pidió una nueva indagatoria del subjefe de Inteligencia de Drogas Peligrosas en Reconquista, César Ariel Ibáñez, detenido hace dos semanas en el shopping del puerto de Santa Fe con horas y horas de escuchas telefónicas secretas y 100 gramos de cocaína en su poder, que confesó que era para plantarla en operativos antinarcóticos y asegurarse de que los resultados de las pesquisas dieran positivos. Ibañez fue acusado por el fiscal por supuesta “tenencia de estupefacientes”, “agravado por su utilización destinada a ejecutar otro delito” e “incumplimiento de los deberes de funcionario público”.
Rodríguez solicitó también al juez federal de Reconquista, Aldo Alurralde, que le informe si Ibáñez “estaba autorizado” para operar como “agente encubierto” en redes de narcotráfico y al ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, le requirió una copia del legajo del preso y los números de los teléfonos que éste tenía asignado por la Policía santafesina.
Ibáñez cayó el 10 de setiembre cuando se olvidó su mochila en un negocio de venta de ropa en el shopping La Rivera. Y así, se descubrió cuál era su equipaje: un envoltorio con 94,8 gramos de cocaína, 81 discos informáticos compactos y 8 casetes con escuchas telefónicas ordenadas por el juez Alurralde, una pistola 9 mm. y un chaleco con la inscripción “Drogas Peligrosas Policía de Santa Fe”.
Cuando Ibáñez volvió al negocio a buscar su bolso, fue detenido por dos oficiales de la Prefectura Naval que lo estaban esperando. Uno de ellos, Norberto Posadas, declaró en la causa que Ibáñez le dijo que “la sustancia secuestrada era cocaína” y la tenía en su poder para utilizarla “eventualmente, en algún procedimiento”, sin aclarar “en qué procedimiento” o “si ya la había usado o no”. Según Posadas, Ibáñez “quiso presentar la situación como algo normal o habitual” y hasta le recomendó: “Somos todos policías”, según informó en su edición impresa el matutino Rosario 12.
Su colega de la Prefectura, José Luis Benedetto, coincidió en el relato. Ibáñez le dijo que en la mochila llevaba las “escuchas telefónicas, su arma reglamentaria y un envoltorio con cocaína”. Cuando le preguntó si tenía “alguna constancia documental que lo avale”, Ibáñez le respondió que “no tenía ninguna constancia porque dicho material suele ser utilizado en procedimientos en los cuales un reactivo no diera positivo” y si se plantaba “la sustancia que tenía en su poder, el resultado daría positivo”. “Lo que percibí es que Ibáñez mencionó con total naturalidad que la sustancia que tenía en su bolso servía para ser utilizada en procedimientos por estupefacientes”, agregó Benedetto.
Rodríguez mandó oficios al juez Alurralde para que le informe si Ibáñez estaba “autorizado a desarrollar tareas” de agente encubierto en redes de narcotráfico y al jefe de Inteligencia de Drogas Peligrosas de Reconquista para que le remita copia del libro de guardia de la dependencia, “donde se reflejaría la salida” de Ibáñez el 9 de setiembre “a fin de cumplir diligencias” en Santa Fe, y precisar si eran de “naturaleza oficial”, quién la había ordenado y en qué fecha.
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