“El gobierno tiene que subsidiar la siembra de caña, no a los ingenios”

ENTREVISTA A ROMELIO SNAIDER – Con la industria regional con las alarmas encendidas por la crítica situación de empresas históricas como el ingenio Arno y la papelera Norpapel, Romelio Snaider dialogó acerca de la actualidad del ingenio Las Toscas, firma que alquiló por espacio de 10 años a sus propietarios.El empresario conocido por ser referente en el rubro del transporte se expidió respecto de la actividad, inversiones, políticas que hacen falta y pidió que los subsidios vayan a los productores que siembran caña y no a los ingenios para fortalecer el primer eslabón de la cadena productiva: la generación de materia prima.

—¿Qué nivel de producción tiene hoy la zona?

—El promedio general de caña por hectárea está dando la estadística entre 40 y 50 toneladas por hectárea. El año pasado tuvimos una caña muy buena; nos acompañaron las precipitaciones: la caña necesita mucha lluvia, ya desde noviembre, diciembre y en enero para que se vaya criando la caña y madurando, para tener un buen rinde de azúcar.

Acá en una época se alcanzó a hacer más de diez mil hectáreas, funcionaba Tacuarendí también, Villa Ocampo y Las Toscas, eran tres ingenios, claro que esto era en los años ’50, después se fueron cerrando y la zona comenzó a andar mal. Hace mucho que esto viene mal, nuestra empresa familiar está en esta empresa desde hace cuatro años, nosotros agarramos este ingenio porque somos de Las Toscas, porque no queremos que el ingenio local se vaya así nomás, hay mucha gente que trabaja.

—¿Es posible una cuenca cañera más fuerte que la actual?

—Es interesante que la cuenca cañera sea fuerte, ésa es la clave. Por eso, comenzamos a reparar la planta cuando entramos porque nos habían dicho que con un monto tal este ingenio iba a quedar en condiciones, pero la inversión necesaria fue tres veces más de lo que se habló en el momento.

—¿Con qué se afrontó esa tarea de reconvertir el ingenio?

—Con créditos y espalda propia, pero no es fácil conseguirlos en los bancos, los bancos prometen mucho y dan poco, nosotros tenemos igual un respaldo interesante en el Banco Nación Argentina Sucursal Villa Ocampo, que es el que nos dio bastantes créditos para hacer todo este tipo de reparaciones.

Además, tomamos créditos para comprar urea para darle a los productores, los productores necesitaban un empuje para sembrar, para de esa manera reactivarse la cuenca cañera. Está la mesa azucarera que funciona en Villa Ocampo, pero se promete mucho y se hace muy poco, la plata de la Mesa no se la pone donde hay que ponerla, tendría que ser a la agricultura, controlar la siembra: cuánto se sembró y de qué manera, ése es otro de los problemas que hay que solucionar.

—¿Formularon algún pedido especial a los distintos niveles de gobierno?

—Estamos pidiendo a través del intendente de Las Toscas un dinero que venga por vía de la Municipalidad a la firma Snaider y nos hacemos cargo de esto, de controlar al productor que el dinero que se le dé sea efectivamente para tierra sembrada. La siembra de la caña no es tan fácil, hay que tener muchísimo cuidado, la caña lleva su trabajo.

Es muy bajo el crecimiento de la cuenca cañera, la zona de Villa Ocampo tiene muy poca caña y tiene un ingenio que muele casi el doble que el de Las Toscas, nosotros estamos invirtiendo para poder moler aproximadamente 1.800 toneladas diarias que sería un éxito para nosotros, en eso creemos que vamos a llegar este año y seguir moliendo más, para que los números se acerquen a la realidad, pero necesitamos que se siembre más caña.

—Para poner en marcha este ingenio ¿tuvieron ayuda oficial?

—Esto lo encaramos nosotros, acá jamás vino un político, yo tengo mis hijos y mi mujer, somos una familia muy trabajadora. Nos repartimos los trabajos, cada uno está en lo suyo, dedicados a las sucursales en la parte de transporte, después nosotros tenemos la desmotara de algodón manejado por nosotros y un gerente, también tenemos los campos donde sembramos algodón. Tenemos muchísimos empleados, cuando empezamos la zafra superamos los 500 empleados en la empresa, todos cobran su sueldos, todos tienen sus aportes, esto salió de adentro mío; mi padre y yo también hemos sido productores cañeros; no quería dejar morir el ingenio de Las Toscas.

—¿Por qué se decidió a encarar este desafío cuando, por ejemplo, el ingenio de Villa Ocampo muestra que la actividad está en crisis?

—La idea fue hacerles ver a todos que se puede, cuesta mucho esfuerzo pero se puede, la parte política acá no apareció, solamente tenemos apoyo cuando necesitamos algo que el municipio de Las Toscas tiene, ya sea maquinaria o cosas así, el intendente (Leandro) Chamorro siempre está, por arriba de eso ningún aporte político se hizo presente.

Nosotros estamos muy cerca de dejar este ingenio de la manera que debe estar, con una inversión interesante en todos los pasos de la producción, renovamos calderas, toda la parte centrífuga tiene tan sólo dos años de trabajo, luchamos por el ingenio y por la cuenca cañera, nos hemos puesto a sembrar caña, tenemos bastantes hectáreas de esa siembra, nuestra zona debe ser cañera.

Lo hago por mi zona, por mi gente, quedarme en mi casa es imposible, hay que levantarse y trabajar, tengo muy buena gente que me rodea, mis hijos y gente capaz en puestos de mando.

—¿Cuál es el camino para gestionar de forma exitosa una empresa de este tipo?

—El camino a seguir para gestionar empresas es primero ver los costos que se tienen y ponerse a hacer las cosas en serio y no a joder a la gente, si pierdo plata todos los días no voy a terminar bien. Y hay que poner tecnología, aunque sea muy cara como en el caso de los ingenios. Por ejemplo, la compra de un tacho para no perder calidad en la bajada de las mieles cuesta 3,5 millones de pesos, y se debe concretar si se quiere lograr el automatismo. Esa plata la invertimos no porque el ingenio esté dando margen para eso, sino porque apostamos a la industria porque somos de Las Toscas.

Fuente: El Litoral