«No es saludable estar ‘quemado’ por el sol»

NODO SALUD RECONQUISTA – El Nodo de Salud Reconquista – Región I volvió a emitir recomendaciones por las altas temperaturas que se registrarán nuevamente en la región, por lo que se aconseja no exponerse al sol de manera innecesaria, como así también hidratarse con agua y no consumir bebidas alcohólicas.»Los efectos del sol sobre la piel, además de producir quemaduras por insolación, son acumulativos y pueden desencadenar, en la edad adulta, tumores con riesgo de cáncer, manchas y envejecimiento prematuro de la piel, es por eso que es preciso usar un factor alto de protección, sobre todo en niños. En el caso de lactantes, sólo pueden exponerse al sol directo después de las seis de la tarde, y utilizando siempre gorro y ropa adecuada», detalló el coordinador del Nodo, Néstor Osti.

A su vez, indicó que «el sol, además de provocar quemaduras en la piel, produce un exceso de calor que afecta al sistema de regulación de la temperatura del cuerpo. No es nada saludable estar ‘quemado’ por el sol. El uso prudente de las cremas de protección adecuadas y la exposición limitada y controlada son dos buenos consejos, válidos para todos. Una ola de calor produce:
– «Agotamiento: debilidad, nauseas, mareos, calambres.
– «Golpe de calor: se manifiesta por la piel roja y caliente, dolor de cabeza intenso y pérdida de consciencia en algunos casos».

Para hacer frente a la subida de temperaturas, se recomienda:
– Beber líquidos en abundancia.
– Evitar bebidas alcohólicas, con cafeína o demasiado azucaradas.
– Comer ensaladas y fruta, evitando comidas calientes o copiosas.
– Reducir la actividad física y pasear por la sombra.
– Refrescarse, ducharse las veces que sean necesarias.
– Usar ropa ligera de colores claros.
– Utilizar cremas protectoras con filtro solar, que sean resistentes al agua y tengan un factor de protección adecuado a cada tipo de piel.

Deshidratación
Por otro lado, Osti explicó que «la deshidratación se produce cuando la salida de agua y sales de nuestro organismo es superior a la entrada, lo que da lugar a vómitos, diarreas, fiebre, golpes de calor, entre otros. Para prevenirla hay que evitar el exceso de abrigo y el exceso de alcohol, así como realizar ejercicio físico intenso en ambientes calurosos».

Asimismo, la cartera sanitaria recuerda que si una persona siente mareos o se desvanece, se debe acostar en un lugar fresco, bajo techo y se le debe dar una bebida rehidratante (nunca infusiones calientes ni muy dulces) y colocarle agua fría en las muñecas porque eso proporciona alivio.

Otros síntomas de alerta son el dolor de cabeza, la sensación de fatiga y la sed intensa, náuseas y vómitos, calambres musculares, convulsiones y sudoración importante que cesa repentinamente y somnolencia y respiración alterada.

Frente a estos síntomas es imprescindible concurrir rápidamente al médico en el centro de salud más cercano.

Otitis
«Otro problema común en verano es la otitis del oído externo -agregó-, así llamada porque una de sus principales causas es, precisamente permanecer mucho tiempo en el agua. Ello produce humedad en el oído, que resulta un espléndido caldo de cultivo para bacterias y hongos infecciosos. Afecta a todo tipo de personas, pero especialmente a los niños.

Los síntomas de la otitis externa son dolor en el oído, que aumenta al mover la oreja, dolor al masticar, falta de audición y secreción de líquido, que, pasados unos días puede ser de color amarillento. No se trata de una enfermedad grave, aunque sí molesta y que, si no se trata puede derivar en complicaciones. Para prevenirla es importante secarse bien los oídos después del baño en la pileta. Conviene inclinar la cabeza hacia un lado y golpearla suavemente para que salga el agua y, a continuación, introducir con mucho cuidado un extremo de la toalla en el oído para secarlo. También es una buena idea bañarse con tapones», destacó el coordinador del Nodo de Salud.

Por último, remarcó que «es preciso no escatimar en la prevención de algunas enfermedades asociadas a este periodo estival. La exposición incontrolada al sol, las comidas, las dietas estrictas, los excesos de alcohol, las actividades al aire libre, el cloro de las piscinas… Son muchos los agentes externos que pueden causarnos daños si no tenemos una correcta prevención».