Y el tiempo no para… al rock

LAS TOSCAS ROCK – A pesar de las condiciones climáticas de este sábado pasado, el tiempo no detuvo el Rock en la ciudad. Cerca de las 21 horas la primera banda de Las Toscas Rock ya empezaba a sonar. Por Analí Macuglia.Esta idea de un festival de rock nació en el año 2006 con claros objetivos por parte de la comisión organizadora. El principal, mostrar la cultura del rock y a la vez la cultura en general, ya que acompañan al festival artistas, artesanos, y este año, la lucha contra el uso de agrotóxicos que contaminan la tierra, los animales y a los seres humanos.

Además, otro objetivo muy importante de rescatar es la solidaridad. Desde los comienzos, el festival ha ayudado a instituciones de Las Toscas de varias modalidades, pero últimamente decidieron que el 50% de las entradas vendidas va dirigido a éstas. Este año decidieron comenzar a ser más dinámicos y variar las instituciones para así lograr ayudar a todas las que lo necesiten.

Este año, ese porcentaje de las entradas estuvo dirigido para Martín Vernazza, que lamentablemente tiene la enfermedad de Duchenne (Distrofia Muscular Progresiva), que deteriora velozmente su cuerpo de manera irreversible.

Y las otras dos instituciones son C.I.C.E. (Centro Integrador Color Esperanza) que trabajan con niños, jóvenes y adultos con capacidades diferentes, y a un grupo de jóvenes de Pueblos Originarios Qompi, que hace poco se organizaron en la ciudad.

El Festival se realizó en el salón del Club Social Las Toscas, ya que el clima les jugó una mala pasada para realizarlo al aire libre, pero cuestiones de la naturaleza no detuvieron a estos jóvenes que le pusieron el pecho y lograron una noche de puro rock y pogo en Las Toscas, con alrededor de unas 400 personas.

Sin dudas, lo más esperado fue la banda de Haedo, Buenos Aires, denominada «Guillermina», como también «Farolitos» de Rosario. Y a la vez el laburo de las bandas de la zona se hizo notar, con «Descarga a Tierra» y «Rockanrola» de Las Toscas, «Perjudicial para la Salud» y «Fulanos de Tal» de Villa Ocampo, y «H2V» de Villa Ana.

El precio de las entradas fue de $ 15.-, pero hubo previamente una movida de venta de remeras con el logo del festival, con la cual te regalaban la entrada.

En conversación con Diego Guzmán, uno de los organizadores del evento, nos contaba también que el 50% de las entradas, más el bufet de comidas y bebidas van dirigidos a una banca general, además de hacer varios beneficios anuales, “así de esa manera vamos agrandando el festival, porque para ello se necesita plata”, expresó.

“Siempre manejamos precios populares, y además hay que tener en cuenta que es para ayudar. La idea es crecer y seguir todos los años”, dijo Diego.

Y que así sea, porque la cultura nos une, colabora. La cultura es creatividad, es diversión y es lucha.

Analí Macuglia – Paralelo28