Sin mosquitos no hay dengue

VILLA OCAMPO – El Nodo de Salud de la Región I y la Municipalidad de Villa Ocampo recuerdan a la población que sin agua no hay criaderos, sin criaderos no hay mosquitos, y sin mosquitos no hay dengue; e invitan a la comunidad a comenzar a descacharrar para prevenir la enfermedad, eliminando los reservorios.Ante el inicio de la estación primaveral, en la que de acuerdo a los pronósticos habrá más precipitaciones que las normales de la época por la corriente de El Niño, con el calor nacen las larvas del mosquito Aedes Aegypti, que es el vector o transmisor de dengue; y al no existir actualmente una vacuna para prevenir la enfermedad, la única forma de prevención posible es impedir la presencia del mosquito transmisor, manteniendo el orden y limpieza en las viviendas y sus alrededores.

En primer lugar, hay que eliminar todos los recipientes inservibles que puedan juntar agua, desde neumáticos hasta chapitas de cerveza, pasando por latas, tapas, macetas vacías, frascos, juguetes rotos y residuos en general. Los recipientes que puedan ser útiles, como floreros o baldes, hay que cepillarlos bien, con agua (sobre todo en el fondo y los bordes), y guardarlos vacíos; vale lo mismo para el bebedero de las mascotas, cambiando el agua cada tres días.

Los mosquitos aprovechan el agua para multiplicarse; sin acceso a recipientes con agua el mosquito no puede poner sus huevos. El Aedes Aegypti usa exclusivamente los recipientes que se encuentran en el entorno de nuestros hogares.

Si es preciso almacenar agua, los recipientes deben estar bien tapados. En cuanto a las rejillas de los patios, si no son muy grandes, basta con taparlas con trapo o mosquitero, o tirar una olla de agua hirviendo para eliminar las larvas.

El repelente es necesario sólo a la intemperie, y cuando el calor permite vivir al mosquito; hay que aplicárselo sobre la piel expuesta, desde 30 a 40 centímetros, por la mañana y por la tarde, que es cuando están activos. El repelente es levemente toxico, por lo que no hay que aplicarlo con frecuencia, ni tampoco a bebés menores de dos meses; en última instancia, se debe mantenerlos bajo un tul mosquitero.