Las últimas horas de la nenita violada

GUADALUPE NORTE – Cómo fue el antes, durante y después del crimen de Keila, la nena de 2 años y 8 meses que fue violada y asesinada por su padrastro, quien la crió desde que tenía sus primeros meses de vida.Fue el propio acusado quien inmediátamente contó que mató a la pequeña sin siquiera inventar una coartada. La enfermera que la atendió confirmó que la nena murió rápido, que cuando llegaron ya estaba muerta.

Trasladaron el cuerpo de la nena para sepultarla en la Ciudad de Colón (Bs As) y la joven madre fue con ella ya que toda su familia está allá. El papá de la nena vino a ocuparse del tema y regresó sin hablar. Este miércoles indagarán al acusado. El delito que le imputarán es reprochable con prisión perpetua.

Keila Geraldine Rojas nació el 16 de marzo de 2009. El acusado de violarla y matarla es su padrastro Rolando Fabián Ramirez, 20, quien la crió desde que era una bebé de pocos meses, cuando hace dos años conoció a la mamá de Keila: Ana María Guzmán, 19, en la Ciudad de Colón, en la Provincia de Buenos Aires, donde Ramirez fue a trabajar ya que allá tiene un hermano que le facilitó las cosas. Hace cinco meses habían venido a vivir a Guadalupe Norte, en la casa de la madre de Ramirez: Mirta Ordúñez.

El viernes a la noche Rolando Fabián Ramirez y su familia fueron a cenar al pueblo y luego de dejar a Keila al cuidado de la abuela fue a bailar a El Gigante, solo con su mujer. Regresaron a las 5 de la madrugada y se acostaron. Rolando estaba muy borracho pero no hizo ningún escándalo. Se levantaron a las 11:30 del sábado para almorzar y a las 13:00 quedó solo con su nena porque el resto de la familia se fue a otra casa detrás de la costumbre de jugar a las cartas.

Casi a la 01:30 la mamá de Keila regresó a la casa con su cuñada y sin intentar siquiera una mentira, Rolando avisó: -«¡Maté a Keila!. La pequeña estaba muy golpeada y le sangraba la nariz. La hermana de Rolando regresó corriendo hasta su madre donde jugaba a las cartas y no podía contarlo. El llanto anudaba su garganta, hasta que pudo soltar la peor noticia: -¡¡¡Mami, el Lele mató a la Keila!!!.

Desesperada Ana María cargó a su hija en brazos y salió corriendo hasta la comisaría. Sacó fuerzas de la desesperación por buscar ayuda. Y necesitó mucha fuerza porque Keila era robusta. Igual llegó corriendo hasta la subcomisaría donde la atendió el cabo Pablo Bandeo a quien pidió ayuda y la llevó urgente hasta la casa de la enfermera Estela Zat, quien confirmó que -«Cuando llegaron a mi, la nena ya estaba sin vida, ya estaba muerta. No tenía signos vitales. La madre también se dio cuenta que la nena ya estaba muerta», dijo.

De la casa de la enfermera del pueblo -que es hermana del presidente comunal-, en el mismo policial trasladaron el cuerpo sin vida y a la madre hacia el hospital de Reconquista. La madre estaba en una crisis de nervios.

En su vehículo particular, el jefe de la subcomisaría cargó a Mirta Ordúñez, madre del acusado, y partieron rumbo a la casa del horror. Cuando Rolando vió que se aproximaba el auto del policía -al que conoce- emprendió una huida hacia el campo, detrás de un paraisal. El funcionario sabía de sus limitaciones físicas frente a un muchacho de 20 años así que quedó en la casa a preservar la escena del crimen y pidió refuerzos policiales a toda la zona. Desde que ingresaron al monte tardaron «de 40 minutos a un hora» en salir con el prófugo, quien finalmente se entregó mansamente.

«Estaba sorprendido. No se si captaba lo que había hecho. No parecía desesperado. Era como cualquier otro detenido, tal vez estabamos peor nosotros», dijo uno de los que estuvo en el momento de la detención.

Cuando llegó al lugar del crimen el juez penal Virgilio Palud, dispuso que el detenido sea trasladado inmediátamente a la Unidad Regional para evitar un posible linchamiento. En el lugar trabajó el grupo técnico criminalístico que se ocupó de levantar las pruebas.

LA AUTOPSIA
La autopsia reveló la ferocidad del agresor. Dañó sus genitales y luego le dio golpes contundentes que fracturaron 5 costillas y algunas en dos partes. Rompió hígado -al que desgranó y fue fatal- y pulmón. Además tiene un fuerte golpe en la cabeza y en el mentón.

EL TRASLADO
En la tarde del lunes el juez Palud entregó el cuerpo a la madre de la nena, quien para entonces ya estaba acompañada por su ex pareja, quien es el padre biológico de Keila, quien vino desde la Ciudad de Colón con otros familiares en un automóvil contratado por la Municipalidad de esa ciudad bonaerense, hacia donde llevaron el cuerpo en una morguera.

Los padres de Keila dejaron el Norte Santafesino sin efectuar declaraciones. En los próximos días deberán viajar para prestar declaración testimonial en el expediente donde el único acusado es Rolando Fabián Ramirez, 20, quien de ser condenado por este crimen recibiría la prisión perpetua.

COMO SE FORMÓ LA PAREJA
Rolando conoció a Ana María hace dos años cuando estaba en la Ciudad de Colón, donde fue a trabajar aprovechando que tenía ahí un hermano. Entonces Keila era una bebé recién nacida. La decisión de venir a vivir al Norte Santafesino, de donde es Rolando y tiene su familia (en Guadalupe Norte) surgió luego el papá biológico de Keila casi mató a la nueva pareja de su ex mujer. Le aplicó dos puñaladas que casi pusieron fin a su vida. Nunca contó el por qué de esa pelea. Colón está en la Provincia de Buenos Aires, muy cerca del límite con la parte bien Sur de la Provincia de Santa Fe y a 50 km de Pergamino.

COMO ES EL ASESINO
El acusado Rolando Ramirez era violento con su mujer y su nena, pero no tenía ningún antecedente por delitos sexuales, contó su mamá, quien dio un perfil del joven detenido por la violación seguida de muerte de su nena.

Gustavo Raffín