Posible injusticia con un Guardafauna

NACIONALES – NOTA DE OPINION – Acusaciones de autoridades gubernamentales a un gaurdafauna, las que presuntamente «quieren sacarle la licencia de guardafauna» por haber incautado con personal de una fuerza de seguridad nacional más de un centenar y medio de animales de la caza furtiva. Por Carlos Estrada.NO CONOZCO AL SEÑOR señor Mastropaolo e ignoro si todo lo que dice haber hecho desinteresadamente por la fauna está demostrado y prolijamente documentado a nivel oficial, es decir, no puedo defenderlo de las acusaciones que le harían autoridades gubernamentales las que presuntamente «quieren sacarle la licencia de guardafauna» por haber incautado con personal de una fuerza de seguridad nacional más de un centenar y medio de animales de la caza furtiva que poseía ilegalmente un (¿“intocable”?) zoológico privado y liberado a tres monos que las autoridades de Fauna aparentemente tenían “olvidados” en las peores condiciones de encierro.

ALGO ES CIERTO, la fauna silvestre no parece correctamente protegida en Santa Fe (¿intereses de trastienda?), habría inacción de áreas de aplicación, poco control de actos de caza furtiva de especies vulnerables y cómodo tráfico interprovincial, ingresando cargamentos a mercados de negros de Buenos Aires y otros centros de acopio y distribución.

EN SANTA FE comprobé que en la Estación Zoológica Experimental dependiente del Gobierno provincial no cumplían los objetivos de cuidar a los animales que diariamente ingresaban a cruel cautiverio, incluso actualmente las denuncias se multiplican (publicaciones y quejas de proteccionistas) con aparente «tolerancia» política a las irregularidades. Década y media atrás dejaron morir en cruel abandono a un mono Carayá (alouatta carayá) que dejé en custodia judicial, incautado a traficante ilegal en la Feria de Pájaros de Villa Domínico en la provincia de Buenos Aires (ver publicación en diario “El Litoral” del 25 de enero de 1995 cuando fui a dejar al animal, artículo donde soy mencionado en siete partes y al final dice: “Cabe recordar que Carlos Estrada es reconocido como uno de los mejores proteccionistas del mundo y ostenta el récord no superado por persona o institución alguna de haber recuperado …”, “Estrada es el proteccionista que más denuncias ha presentado en la justicia argentina y el que más causas contra el tráfico ilegal de flora y fauna y contra el amparo llevó adelante”).

ESE MONO RESULTÓ HERIDO en la granja oficial y no tuvo atención a pesar de mis reclamos, después ocultaron su cadáver entrando en la figura delictiva de “depositarios infieles” de una especie perteneciente al patrimonio nacional, protegida por ley N° 22.421 y convenios internacionales firmados por Argentina, que además estaba a disposición de un juzgado en lo Correccional bonaerense, es decir, en claro abuso de autoridad (pero con hábiles “cortinas legales”) evitaron que se hiciera una necropsia en lugar imparcial, tapando impunemente la verdad (negligencia) de su muerte; el juez federal Horacio Prack envió un telex pero tampoco respondieron a la consulta y como los reclamos debía hacerlos el juez actuante en la incautación del animal (que se desentendió del problema), todo quedó en el olvido, además me di cuenta que ninguna autoridad santafesina iba a investigar imparcialmente el caso. Dicho sea de paso, el magistrado bonaerense tuvo que renunciar tiempo después a raíz de una lluvia de denuncias y sospechas por mal desempeño en sus funciones.

SUPONGO QUE la muerte del monito sirvió para que no viajara más (me acompañaba una funcionaria federal) a esa Estación Zoológica porque se habrían enterado que en las visitas los fines de semana yo aprovechaba a investigar ciertos “descuidos”, visibles hacinamientos de ejemplares, etc., sacando fotografías y grabando a informantes que aportaban datos de la entrada y salida de fauna (muchos monos sudamericanos) procedente de presuntos “canjes” e incautaciones oficiales.

EN ESTE MARCO añejo de situación en la ciudad, es posible que el guardafauna Juan Mastropaolo haya visto “más de debido” y alguien con poder y “cola de paja” no quiera que las irregularidades salten a la luz (siempre en el campo de lo supuesto), influenciando en niveles específicos para sacarle la licencia y apartarlo; no olvidemos que del dolor de los animales vive mucha gente, incluyendo personajes de «guantes blancos». Conste que no acuso a alguien en particular, deduzco de acuerdo a mi experiencia.

EN DÉCADAS de duras campañas constaté que los traficantes ilegales de productos y subproductos de la Naturaleza mueven incalculables fortunas en dólares y compran impunidad. Las redes de corrupción van en todas direcciones y sus ramificaciones son sólidas, usando como métodos de “ablandamiento” el soborno, la intimidación, la coacción e incluso graves atentados contra la vida de proteccionistas inflexibles que pretender desenmascarar trastiendas. En mi caso, durante años he «cosechado» balazos, puñaladas, atropellamientos, numerosos robos de documentación, cobardes emboscadas y también represalias contra inocentes seres queridos cada vez que arremetí contra sinvergüenzas enquistados en áreas oficiales, los que folklóricamente han respaldado (no generalizo) graves ilícitos, sin haber conseguido que alguien recto investigue los ataques. Es más, el diario «El Litoral» de Santa Fe desde 1987 se ocupó varias veces en difundir mi actividad recogiendo noticias de AFP y de otros medios internacionales, detallando hechos, allanamientos, incautaciones, sumarios y mencionando a directores de nacionales de Fauna alejados de los cargos (ver amplios artículos el 18-2-89, 26-5-89, 21-7-89 y editoriales del 18-7-89 y 25-11-91).

NO SÉ LO QUE verdaderamente ocurre en estos momentos en Santa Fe, salvo leer publicaciones referentes a irregularidades en perjuicio de la fauna y de manera permanente recibir informes de guardafauna (no Mastropaolo) y proteccionistas haciendo hincapié en la continuidad de robos de animales silvestres, desapariciones misteriosas, cruel hacinamiento en habitáculos pequeños y muertes por negligencias de especies vulnerables en “La Esmeralda”.

HAY UNA REALIDAD: Que no pueden desmentir sin ofender a Dios: en todo nuestro Norte se permite oficialmente la deforestación, los desmontes, la contaminación ambiental y la destrucción de la fauna autóctona.

CARLOS ESTRADA
(Escritor, periodista de investigación y proteccionista independiente de fauna salvaje con documentada trayectoria pública desde 1970, numerosas certificaciones oficiales y científicas y máximos reconocimientos internacionales por impulsar reiteradas incautaciones de millares de pieles, cueros y animales silvestres vivos de especies protegidas valuados en varios centenares de millones de dólares, lo que figura en diarios de todas partes, Versión Taquigráfica legislativa N° 42 de 1990 del H. Concejo Deliberante de la Ciudad de Buenos Aires, libro de 801 páginas de sesiones públicas ante la prensa extranjera detallando mi intervención en un resonante caso de corrupción oficial, mencionado en revistas especializadas, revistas jurídicas, de reparticiones nacionales y provinciales, en decenas de cables noticiosos de AFP al mundo, más de 50 informes publicados por el diario inglés “The Buenos Aires HERALD” entre 1987 y 1993, libros europeos y mucho más hasta hoy).

Buenos Aires, ARGENTINA, 1° noviembre de 2010.

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