PROGRAMA NACIONAL APÍCOLA DEL INTA – Con motivo de sus 50 años de vida, CREA se propuso premiar y reconocer a proyectos con visión integradora y sostenible, constituidos en “ejemplos de esfuerzos individuales o grupales”.En este marco la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA) otorgó el premio «Medio Siglo CREA» al trabajo: «PROAPI, consolidando la apicultura como herramienta de desarrollo». El premio fue recibido por el Coordinador del Programa Nacional de Apicultura del INTA, PROAPI, Ing. Agr. Enrique Bedascarrabure.
También obtuvieron una mención las presentaciones “El desafío de construir políticas públicas para abordar la problemática del acceso a la alimentación. El caso del Programa Pro-Huerta” y “Más allá de la imaginación: los granos en bolsas plásticas”, que expone la labor realizada por el INTA en materia de investigación y experimentación sobre almacenamiento en bolsas plásticas.
La entrega del premio –a través del cual se distinguió a los mejores trabajos de extensión y transferencia en el ámbito agropecuario y agroindustrial- se realizó en el marco del XIX Congreso Nacional Argentina CREA 2010, que se llevó a cabo entre los días 1, 2 y 3 de septiembre en el Estadio Orfeo de la Ciudad de Córdoba
Estos trabajos fueron elegidos entre 40 presentaciones de 16 provincias que abordaron temáticas muy diversas, pero con una característica en común: la calidad sobresaliente. Es por esto que el destacado Jurado tuvo un arduo trabajo para llegar a una decisión unánime. El mismo fue integrado por: Dr. Fernando Andrade; Ing. Rodolfo G. Frank; Dr. Roberto M. Bocchetto; Dr. Eduardo J. Trigo; Ing. Agr. Mauricio Moresco, representante de la Asociación Cultural para el Desarrollo Integral (ACDI) y, en representación del presidente de AACREA, el Dr. Emilio Satorre.
Consolidando la apicultura como herramienta de desarrollo
La apicultura ha demostrado ser una excelente herramienta de desarrollo porque la implementación de modelos asociativos ha demostrado su efecto en la construcción de capital social en todo el territorio nacional y sobre todo en ámbitos rurales más desfavorecidos.
El PROAPI ha desarrollado su tarea a lo largo de más de 15 años sobre la base de la articulación público/privada y poniendo foco en el proceso de innovación entendido como construcción conjunta en los territorios. Por ese motivo la estructura de su accionar se basó en la articulación con ProFeder, con la Sociedad Argentina de Apicultores, con empresas del sector, gobiernos provinciales, municipales y con cinco Universidades Nacionales.
Sin lugar a dudas el principal resultado alcanzado en forma conjunta por todos los actores participantes y para el cual el PROAPI ha pretendido ser un catalizador, es la conformación de una red público/privada en condiciones de consolidar a la apicultura como herramienta de desarrollo asegurando su sustentabilidad y garantizando la equidad en todo el ámbito nacional.
Lo anterior ha permitido interactuar con más de 3.000 apicultores en todo el país, conformar una red de 250 técnicos territoriales, un equipo de trabajo reconocido a nivel nacional e internacional, facilitar la conformación de múltiples empresas asociativas directamente vinculadas al mercado internacional y conformar el Cluster Apícola NOA/Centro, verdadero modelo público/privado de organización de pequeños productores.
La conformación de modelos asociativos en condiciones de vincularse directamente con el mercado internacional cambio significativamente la estructura exportadora del sector. La Red de Escuelas del NOA permitió transformar a las escuelas en verdaderos puntos focales de capacitación y transferencia tecnológica; que progresivamente se extiende territorialmente y se expande a otras cadenas.
En la Tecnicatura Universitaria en Producción Apícola se forman muchos de los técnicos territoriales especialmente capacitados para llevar adelante la estrategia de transferencia y articulación prevista en el programa.
Apoyados en estos resultados se aspira a afrontar nuevos desafíos que básicamente radican en profundizar los modelos territoriales de organización, avanzar en el desarrollo conjunto de nuevas tecnologías, aprovechamiento de otras abejas de importancia social, económica y ambiental, agregado de valor a las materias primas producidas por el sector y expansión de la red a Latinoamérica/Caribe.
Políticas públicas para el acceso a la alimentación
Con 20 años de historia, el ProHuerta tiene presencia en todo el país, ha constituido una red de cerca de 20 mil promotores voluntarios, y acompaña a más de 630 mil huertas y 148 mil granjas, que alcanzan a más de 3,6 millones de personas.
El Programa logró promover masivamente huertas y granjas para la mejora del acceso a la alimentación de la población. El enfoque de trabajo agroecológico y socio-organizativo que se asume ha permitido impulsar también otras estrategias de desarrollo de las comunidades. Estas acciones abarcan desde la regeneración de suelos, el acceso a la tierra y servicios básicos como el agua, el rescate de especies animales y vegetales, la revalorización de las comunidades locales, la familia y los procesos organizativos, la certificación de los saberes de los huerteros y promotores, y el desarrollo de ferias francas y otras experiencias de mercados solidarios y comercio justo.
El ProHuerta constituye así una política pública -potente y sostenida- para alcanzar un país más justo e inclusivo socialmente, al punto que su experiencia ha sido demandada para ser replicada internacionalmente por Haití, Guatemala, Perú, Venezuela, entre otros países.
Más allá de la imaginación: los granos en bolsas plásticas
El almacenamiento en bolsas plásticas fue introducido en el país en 1994 y, a partir de 1995, el INTA comenzó a desarrollar una serie de ensayos en ciertos cultivos que dieron una base para que esta tecnología comenzara a difundirse.
Con el transcurrir del tiempo, los productores agropecuarios comenzaron a descubrir ventajas técnico-económicas y la adopción de la tecnología fue creciendo rápidamente. La demanda de investigación y experimentación también aumentó. En este marco, el INTA formó una red de investigación y experimentación que incluye a las Unidades del INTA en Manfredi (Córdoba), Balcarce, Barrow y Pergamino (Buenos Aires), Las Breñas (Chaco), Salta y Concepción del Uruguay (Entre Ríos), sumando a la UNEE de Corrientes y la Facultad de Ingeniería, Ciencias Exactas y Agrimensura de la UNR.
El trabajo de los técnicos del INTA a través de los años, dio como producto la determinación de la tecnología adecuada para este sistema de almacenamiento. Se trabajó en granos de los cultivos tradicionales (Maíz, Soja, Trigo, Girasol, Sorgo) y se incorporaron otros como la Cebada, Arroz, Poroto, Colza y Algodón.
Toda esta experiencia lograda gracias a una fuerte integración entre el sector privado y el INTA, hace que hoy la Argentina tenga los avances mas destacados del mundo en almacenamiento de granos en bolsas plásticas y lidere también esta tecnología, no solo en nuestro país, sino también en otros países. Esto fomentó la exportación de máquinas, equipos y bolsas hacia 23 países en el mundo y permitió que esta práctica, que se aplicaba solamente a nivel de productor agropecuario, también se aplique en los acopios, puertos y empresas industriales.
La confiabilidad lograda en esta tecnología, incentivó el uso de este tipo de almacenamiento, llegando a la última campaña (2009/10) a un volumen de granos en bolsas plásticas de 45 millones de toneladas con beneficios directos para el productor agropecuario.