Candidaturas vs. materia gris

APUNTES DE POLÍTICA PROVINCIAL – Un análisis sobre las novedades que esta semana repercutieron en el sector político nacional y provincial. Por Teresa PandolfoHermes Binner planteó su idea respecto de las facultades para fijar retenciones a la soja por parte del Poder Ejecutivo nacional y estalló la polémica en los espacios opositores al kirchnerismo. Elisa Carrió dejó el Acuerdo Cívico y Social, y desde el radicalismo se dice que se buscará consolidar el espacio con los partidos que queden en él. Patricia Bullrich respondió diciendo que considera que el Acuerdo Cívico dejó de existir sin la Coalición Cívica, que lidera Carrió, porque era una construcción colectiva.

En el Peronismo Federal, hay avances pero menores a los esperados. No cayó bien que Eduardo Duhalde anunciara un acto de lanzamiento en Paraná para septiembre, y el espacio no ha logrado todavía transmitir una imagen de homogeneidad conceptual de lo que quiere.

Llegó el viernes el final de una semana cargada de noticias y chispazos en el plano nacional. Lentamente, se fueron apagando los ruidos y aparecía el silencio necesario para discernir sobre la vorágine informativa pasada y procurar una reflexión.

Es real -como lo ha querido plantear Elisa Carrió con su temperamental actitud- que una cosa es trabajar para componer un frente de partidos para ganar una elección y cambiar la relación de mayorías en Diputados y el Senado de la Nación, y otra muy distinta es la construcción de una alternativa para ser poder, superadora de que hoy ofrece el kirchnerismo. En esta entrega de «Apuntes…», no se analizará si el kirchnerismo es bueno o malo. Ciertamente, ejerce el poder; no tiene impedimentos éticos para desempeñarlo y cuenta con un núcleo duro de adherentes que, sin renuncias, siguen los dictados de Cristina y Néstor Kirchner.

Oposición

En la vereda de enfrente, en el mosaico llamado oposición, no se ven hasta ahora acciones que puedan ser orientadas a ser alternativas de poder. Hubo algunos éxitos a nivel legislativo (en algunos temas se le marcó la agenda al gobierno) pero se está muy lejos de una construcción conceptual de otras políticas deseadas para la Argentina.

Con o sin Elisa Carrió, el Acuerdo Cívico es una constelación de fuerzas no justicialistas pero con historias e ideologías diferentes, ocupadas por las primeras planas y defendiendo espacios sectoriales.

En el Peronismo Federal, ocurre lo mismo: ¿los hermanos Rodríguez Saá tienen algo que ver con Carlos Reutemann o con Francisco de Narváez por ejemplo (sin que la comparación implique descalificaciones)? Y así, podríamos ir ubicando en paralelo conductas e historias de cada una de las figuras del espacio nacional del peronismo disidente.

La gente ¿puede visualizar de ellos una posición no confrontativa, cuando la imagen que transmiten es la de dificultades en compartir criterios en cuanto a estrategias, tiempos o políticas concretas, como pueden ser propuestas para reemplazar esquemas clientelares en materia de personas o empresas de servicios públicos? Hasta existen diferencias en aspectos centrales de la política agropecuaria para un país que es productor de alimentos.

Hasta acá lo que se transmite es la pelea por los espacios de poder. Ricardo Alfonsín, por portación sólo de apellido pero sin experiencia alguna de gobierno, quiere ser presidente; Julio Cobos, también. Lo mismo ocurre con Eduardo Duhalde, De Narváez, Das Neves, Felipe Solá. El único que repite su «no» en este sentido es Carlos Reutemann.

Sería ideal que junto con las postulaciones, se tuviera la capacidad de explicar qué proyecto de país se propone. La experiencia santafesina del Frente Progresista Cívico y Social, en estos días, nos ha mostrado la distancia existente entre promesas, palabras y hechos. Ni se hace lo que se dijo ni tampoco todos los socios han sido informados cuando se toman decisiones que no fueron consensuadas. Persisten esquemas de viejas estrategias y dependencia del gobierno de la Nación.

Medianía

Hasta aquí, parecería que debemos conformarnos con una dirigencia que es consciente de su imposibilidad para producir políticas que signifiquen transformaciones reales. Como hecho grave persiste la distancia entre políticos y población, preocupada ésta en cualquier lugar del país por temáticas como la posibilidad de trabajo para sus hijos, el acceso a una vivienda a partir de un sueldo, la droga, la previsibilidad para las inversiones, la carencia de un contenido ético de la vida, o la posibilidad para millones de poder tener una vida con dignidad.

En este escenario de medianía, entonces, es que tienen lugar episodios como la salida laberíntica de Hermes Binner cuando debió explicar su ideas de las retenciones, o las interminables reuniones dentro del Peronismo Federal para encontrar una estrategia que los una, o la posición de Ernesto Sanz frente a una dirigente como Carrió, que es temperamental, compleja, pero conceptualmente necesaria, para un cambio como el que se busca.

Y entonces, en ese escenario, se insiste, a falta de materia gris para las posiciones mayores, en consolidar los espacios a partir de las candidaturas. El titular de la UCR ratifica acuerdos con el socialismo para una fórmula presidencial; Duhalde desiste del lanzamiento en Paraná pero ya habla de Parque Norte; a Ricardo Alfonsín, de candidato para la Casa Rosada, lo ubican para gobernador de la provincia de Buenos Aires, al igual que a Francisco de Narváez. Todavía, lamentablemente, la llamada oposición no ha podido «zambullirse» en ese salto cualitativo que procuraron en su momento Brasil o Uruguay. Mientras tanto, el kirchnerismo se fuga para adelante, suma y cosecha para sí.

Fuente: www.ellitoral.com