VILLA OCAMPO – Con una multitudinaria celebración litúrgica realizada el pasado sábado 7 de agosto en el predio de la Capilla del Barrio El Porvenir, se honró a San Cayetano, luego de una original novena preparatoria donde la imagen del Patrono del Pan y el Trabajo recorrió distintos lugares de la ciudad, relacionados con las intenciones de cada día.El lema de este año fue: “Dios es Padre Providente que cuida de todos”; y además de la capilla que lo tiene como patrono, se realizaron celebraciones especiales en la Escuela 849 “Yapeyú” (por los niños y las familias); Casa El Buen Samaritano (por los jóvenes); Hogar San José (por los ancianos); Hospital Dr. Esteban Galmarini (por los enfermos y los que sufren); Ingenio Arno y Papelera Norpapel (por los trabajadores); viviendas de la calle Santa Fe (por los cartoneros, changarines y por un trabajo digno para ellos); Casa de las Hermanas Hijas de Jesús y Casa Parroquial (por el párroco, sacerdotes y consagrados); Palacio Municipal, Comisaría 4º, COTELVO Servicios, Unión Agrícola de Avellaneda y Vicentín Faenas (por los gobernantes, empresarios y profesionales).
En la homilía de la misa celebrada el pasado sábado, el cura párroco Miguel Zorzón, destacó que la vida entera de San Cayetano “fue un servicio a Dios, un servicio a sus hermanos; sabiendo que Dios es nuestro Padre y los demás somos hermanos, somos miembros de una misma familia. Si viviéramos así, viviríamos en una Iglesia, en una sociedad, en un mundo muy distinto, en un Villa Ocampo muy distinto; cuánto nos cuesta la buena relación, la comunión, trabajar unidos, pero también cuánto nos ayuda nuestra fe para el perdón, para descubrir la presencia de Dios en nuestros hermanos”.
“Sabemos que ser cristianos implica un estilo, una manera de vivir; San Cayetano está en el cielo junto a Dios porque ha vivido esta palabra de Dios, él no amontó bienes acá en la tierra, no quiso una vida de confort, no quiso pasarla bien frente a tantos hermanos que la pasaban mal, sino que fue capaz, como Jesús, de comparecerse, de compartir, de acercarse. Él nos señala también este camino, no podemos nosotros ser indiferentes, no podemos cerrarnos en el egoísmo, no podemos acumular para nosotros y olvidarnos de los demás”, agregó el sacerdote.
Luego remarcó: “Tenemos que pedirle a Dios ese corazón que tuvo San Cayetano, que podamos sufrir con aquél que sufre, que podamos compartir lo que somos, lo que tenemos, lo que sabemos ponerlo a disposición de los demás, acercarnos a los más pobres como hermanos, porque ellos son nuestros hermanos. Cuánta gente hoy sufre por la desocupación, porque hemos creado una sociedad injusta en esta Argentina donde todavía nos decimos cristianos, pero es el cristiano el primero que tiene vivir la justicia, el primero que tiene que ser justo, el primero que tiene que pagar lo que corresponde al que trabaja, tiene que reclamar lo que es suyo, pero también tiene que pagar lo que corresponde, porque siempre que hay un deber, hay un derecho también que cumplir; cuántas veces los cristianos hemos sido mal ejemplo y Dios no quiere la injusticia, el pecado más grande en la Biblia es el de la injusticia, el egoísta que se olvida que los dones y los bienes son de Dios, y que son para todos no para algunos”.