Las grandes batallas de los Kirchner

POLITICA NACIONAL – NOTA DE OPINION – Si lo que ha dicho la presidente es cierto, es decir, que estamos sometidos a una conspiración de usureros internacionales, la banca yanqui, los funcionarios del Banco Central, los jueces, los políticos opositores y, por supuesto, el grupo Clarín, el mejor consejo que se le podría dar es que se rinda porque nadie, ni siquiera Mandrake el Mago, puede pelear contra tantos enemigos juntos. Por Rogelio Alaniz.Algo parecido le aconsejé al general Cristino Nicolaides hace casi treinta años cuando dijo que la guerra que libraban las Fuerzas Armadas era contra el comunismo, la social democracia, el liberalismo, los judíos y los griegos presocráticos. No sé si Nicolaides me hizo caso; tampoco sé si Cristina me escuchará. Admito, de todos modos, que luchar contra tantos enemigos debe ser agotador.

La vocación de los Kirchner para librar batallas perdidas es proverbial. Es lo que hicieron hace un año y medio contra el campo y una experiencia semejante intentaron llevar adelante en los comicios del pasado 28 de junio. En todos los casos fueron derrotados. A esa vocación por la derrota, los muchachos de Carta Abierta la califican de “pasión liberadora”. La línea argumentativa es siempre la misma: los malos son los otros, los opositores, los banqueros, la oligarquía y todos aquellos que ejercen lo que señalan como “pasión destituyente”.

A decir verdad, lo que los Kirchner han reflotado es el tradicional discurso peronista contra la sinarquía internacional adecuado al siglo XXI. Los argumentos serían graciosos si los Kirchner no los tomaran tan en serio. Quienes han forzado a las instituciones al límite hablan de pasión destituyente; quienes conciben al poder como el lugar donde se puede hacer lo que se les da la gana se quejan de que no los dejan gobernar; quienes invocan la luchas contra la pobreza como fundamento de todas sus medidas de gobierno, son quienes exhiben el notable récord de haber acumulado la fortuna más grande de que se tenga memoria en un país cada día más desigual.

En diferentes ocasiones la señora Cristina se ha quejado de que no la dejan hablar y que es víctima de una suerte de fusilamiento mediático. Metáforas más, metáforas menos, los únicos fusilamientos mediáticos que conzco son los que ellos realizaron en Santa Cruz contra diarios, radios y canales que osaron criticarlos Todos conocemos la fábula del rey desnudo. Mientras la corte hacía silencio o ponderaba las ricas vestimentas del monarca un niño pronunció la frase lapidaria: “El rey está desnudo”. Algo parecido le sucedió a nuestra presidente esta semana. En una de sus habitualísimas visitas a los barrios para inaugurar un buzón o una canilla, un niño se le acercó y le preguntó si vivía en la televisión. No sé si los chicos tienen fantasía, imaginación o visiones poéticas, lo que sé es que por estar liberados de las presiones ideológicas suelen ver la obvia realidad con ojos más limpios. Fue un chico el que le dijo al rey que estaba desnudo porque efectivamente lo estaba por más que la corte se esforzaba en disimularlo para poder seguir siendo corte. También fue un niño, un niño de barrio, el que le preguntó a la presidente si vivía en la televisión, pregunta que se le ocurriría a cualquiera que ve a una persona instalada en la pantalla desde la mañana a la noche.

Se dice que la señora Cristina trató de no perder el sentido del humor y aprovechó la ocasión para recordar que en la televisión hay mucha gente que no trabaja. El palo, por supuesto, no estaba dirigido al chico, sino a los periodistas, otra obsesión que a esta altura del partido está visto que ha renunciado a corregir.

No conforme con las proezas en tiempo presente, la señora también se metió con la historia. El destinatario de sus sesudas reflexiones fue el diputado de PRO, Federico Pinedo. La buena educación enseña que no se puede hacer responsable al hijo o al nieto por los hechos del padre o el abuelo. Mucho menos si se dice ser progresista En el siglo veinte, los únicos que llevaron a la práctica el principio sanguíneo de responsabilidad fueron los nazis y los comunistas. Nobleza obliga, debo reconocer que la presidente no ha llegado a tanto, pero admitamos que cuando la señora se precipita a excursionar en el campo de las ideas no tiene límites porque no sé en qué unidad básica le hicieron creer que era culta porque hablaba sin papeles .

Pinedo no es responsable por lo que hizo su abuelo, por más que lleve su mismo nombre y apellido, del mismo modo que Kirchner no es responsable de que su abuelo haya sido usurero y que, casualmente, hace más de setenta años haya mantenido una diferencia con Pinedo porque el nono Kirchner se oponía a la única medida progresista de los conservadores de entonces: el impuesto a los réditos.

De todos modos, en homenaje a la historia, hay que decir que Pinedo fue el que diseñó el Banco Central y fundamentalmente diseñó la estrategia económica y financiera que le permitió a la Argentina salir de la crisis capitalista mundial más grande de la historia pagando costos moderados. Respecto del Banco Central podrían observarse muchas cosas, pero en principio no deja de ser sugestivo que cuando Perón llegó al poder diez años después, se jactó de que no se podía caminar por los pasillos del banco porque estaban cubiertos de barras de oro. Tan mal no debía haber funcionado el Banco para acumular esas reservas que le permitieron a Perón inventar el peronismo. La pregunta por lo tasnto es obvia: ¿Tan mala fue una gestión que inició la industrialización nacional? ¿O de dónde creen que salieron los obreros que hicieron el 17 de octubre…de las estancias o de las fábricas?

Por último habría que recordarle a la señora Cristina que en 1953 el único conservador que le propuso por escrito a Perón un acuerdo político para resolver los problemas económicos de la Nación fue Pinedo que, dicho sea de paso, estaba en preso. Ese gesto le valió el insulto y la descalificación de muchos de sus correligionarios, pero él no era hombre de amilanarse por un insulto o un silbido. Estaba acostumbrado a eso y, a decir verdad, en el escándalo el hombre se sentía cómodo.

Con su intervención contra Pinedo, la presidente no realizó ningún aporte importante a la historia, pero estoy seguro de que en estos momentos el actual Pinedo ha aumentado sus grados de popularidad porque el gran talento de los Kirchner, en los últimos tiempos, es que se han transformado en eficientes espónsores de sus adversarios. Así lo hicieron con Cobos, así lo están haciendo con Redrado y así lo harán con cada enemigo que designen.

Yo no tengo nada a favor de Redrado. Y mucho menos de Pérez. Seguramente debe ser eficaz e inteligente, pero no me gusta lo que hace ni cómo lo hace. Simpático o no, lo seguro es que tiene una excelente muñeca política. El hombre ha sido el técnico de todos los gobiernos peronistas, hazaña que, para consumarse, exige algo más que virtudes técnicas. No recuerdo quién dijo que era parecido a Pinedo. Discrepo: no lo veo parecido a Pinedo, lo veo parecido a Astiz…por lo menos físicamente.

Lindo o feo , lo que es evidente que el hombre no tiene un pelo de sonso. Sobrevivió a todos los gobiernos y para eso hace falta algo más que virtudes “técnicas”. En el caso que nos ocupa es probable que el golden boy -especulando con el final de su mandato en el BCRA- haya decidido jugar una carta brava con la certeza de que toda persona que se pelea con el gobierno escala hacia las cimas de la popularidad. Puede que la especulación sea mezquina, pero es exitosa.

Un mínimo de prudencia, de muñeca política, podría haber provocado otros resultados. Lo que ocurre es que esas virtudes están ausentes en el manual político de los Kirchner, porque los libros que leyeron le enseñaron el arte de la viveza y la prepotencia. Esperaron que el Congreso entrara en receso para emitir su célebre DNU; invocaron para ello una razón de oportunidad sólo cuatro días después de que finalizara el período ordinario de sesiones y, a la menor resistencia, no se les ocurrió nada mejor que desenfundar otro DNU que removía el obstáculo con el despido de Redrado.

Si esto se hubiera hecho en Santa Cruz, todo habría salido bien. Si lo mismo hubiesen intentado hacer en la Argentina de 2005, es probable que los resultados también habrían sido exitosos. Lo que sucede es que en 2010 el poder de los Kirchner está licuado. Primero el campo, después las elecciones. La primera derrota los desplumó; la segunda los dejó a la intemerie; una tercera puede liquidarlos. ¿Pasión destituyente? Por supuesto. Pero esa pasión pertenece al volcánico corazón de los Kirchner

Cuando los dirigentes opositores dicen que en realidad los Kirchner no quieren la plata para pagar la deuda sino para iniciar la campaña electoral de 2011, no hacen más que decirles la verdad. Conviene recordar al respecto que los vencimientos de la deuda ya estaban contemplados en el presupuesto aprobado poco tiempo antes con mayoría oficial; a ello hay que agregarle que el primer vencimiento será en agosto. Conociendo el paño, ¿es tan descabello sospechar que la pareja real quiere la plata para fines diferentes a los invocados? Lo descabellado en todo caso sería pensar lo contrario

Fuente: Rogelio Alaniz