MUNICIPALIDAD DE LAS TOSCAS – El intendente electo, Leandro Chamorro, al hacerse cargo del municipio tosquense, se encontró en el interior de la misma con que fue literalmente vaciada por el ejecutivo saliente, Darío Vega.Algunos dirán que es imposible entender tal actitud, otros que es una mentira, pero lo real y concreto es que al ingresar el intendente electo, Leandro Chamorro, a la Municipalidad de Las Toscas, se ha encontrado con oficinas vacías, donde debería haber documentación, carpetas, cuadernos, lápices, etc., bueno, ha encontrado oficinas donde solamente está el escritorio, vacío por supuesto, y donde tampoco han dejado la silla.
La oficina que utilizaba Darío Vega, cuesta creer que su asiento sea una silla común, que toda la estantería que tiene esa oficina, no haya ningún papel o documentación que acredite que alguna vez haya hecho algo, dejando la sensación de que nunca trabajó.
En la cocina, colocar una heladera sin puerta, sabiendo que había una funcionando, y quitar el ventilador de pared, dejando solo los tornillos, habla a las claras el vaciamiento efectuado.
Si se tomaron el tiempo para quitar un ventilador de pared, hay que imaginarse que también lo tuvieron para llevar, robar y esconder toda documentación que acredite algún trabajo o proyecto realizado o mal realizado, ya que la transición de traspaso de mando de un intendente a otro, nunca existió, lo que termina siendo obvio de interpretar que hay cosas oscuras que no se quiere que se sepa.
También habla de lo denigrante que termina siendo este tipo de situaciones, ya que hasta las computadoras, que afirman que todas, o casi todas, tenían monitores LCD, ahora están con los tradicionales, si hasta la oficina de Claudio Casco tiene uno convencional y ni hablemos que en la oficina de Darío Vega, aparentemente no sabía usar ninguna, porque ahí no hay nada, absolutamente nada.
Si manejar una municipalidad, que tiene periodos democráticos, significa vaciarla cada vez que uno finaliza su mandato, estamos hablando de hombres de mala fe, personas que no han hecho bien las cosas y que solamente “usaron” la estructura municipal, aprovechándose del electorado, para sus conveniencias personales y seguramente la de sus amigos económicos.
Jamás se vio nada igual y esperemos que esto sea un ejemplo para que nunca más la sociedad tosquense, pueda sentirse engañada, vapuleada, increpada y apretada para fines personales, sino comprendida, ayudada, colaboradora de acciones sociales que terminan generando una mejor calidad de vida de sus conciudadanos.
No se deberá permitir nunca más este tipo de presencia política en el quehacer cotidiano de una sociedad que lucha por mantener principios éticos y morales, acorde a su calidad de vida y con la creencia religiosa que Las Toscas vivió, gracias al aporte incondicional de quién fuera uno de los más emprendedores y visionarios tosquenses, el Padre Eligio Giaccomozzi.