La bendita inseguridad

VILLA OCAMPO – NOTA DE OPINION – Sin dudas uno de los temas que más preocupa a los argentinos es la inseguridad. Tanto, que en las grandes ciudades viven en verdaderas cárceles, tan encerrados como los mismísimos delincuentes cuando caen presos. Por Atilio Bruno.Lula en Brasil esta solucionando el problema haciendo grandes plataformas de hormigón sobre las fabelas, construyendo departamentos sobre ellas y trasladando a los carecientes y/o malvivientes a una vida mejor y lógicamente mas controlada.

El lugar de las fabelas es transformando en centros comerciales, garajes, etc…, y los que viven arriba son controlados siempre, cuando suben y cuando bajan, cuando llevan o sacan cosas, cuando están o cuando no están.

Yo digo y lo debe estar pensando también Ud. Amigo lector: ¿No podríamos hacer algo parecido en nuestras villas de emergencia? Con lo que el gobierno gasta en un año de demagogia, erradicaríamos dando trabajo a los que allí viven, las temibles villas del famoso “Triángulo de las Bermudas”. Con cuatro o cinco edificios de varios pisos solucionamos el problema y/o, al menos lo controlamos.

UNA TAREA CONJUNTA

También podría ser un paliativo hacer un trabajo conjunto entre policías (federal y provinciales), gendarmería y no se asuste: Fuerzas Armadas.

Sin armas que maten, con gases lacrimógenos, elementos de adormecimiento, equipos antibalas especiales y “presencia”, yo les puedo asegurar que otra sería la historia. En las villas, en las grandes ciudades, en las capitales de provincia, en todo lugar, la presencia de uniformados y sobre todo si son militares, intimida..

SIGUIENDO CON LOS EJEMPLOS

EN 1993, Rudolph Giuliani (Alcalde de Nueva York) nombró a William Bratton Jefe Policial y le dio carta blanca para que termine con el crimen organizado y hasta con los delitos menores como cruzar un semáforo en rojo.

Termino con la inseguridad en un 50% con mucha celeridad, vigilando día y noche los barrios peligrosos, creando grupos especializados contra drogas y armas, disfrazando de malvivientes a policias, adiestrando analistas de robos, identificando patrones delictivos, haciendo allanamientos y trazando mapas de las zonas mas peligrosas y un dato para tener en cuenta: “Volvieron los agentes vigilantes en las esquinas”.

Todo esto, en un modus operando totalmente legal, en democracia y casi sin utilizar armas mortíferas…