FLORENCIA – NOTA DE OPINION – En lo que va de noviembre, desde el 6 que se produjo la primera lluvia, Florencia lleva acumulados 520 mm de lluvia, en suelos que no tienen gran capacidad de acumulación de agua en el perfil y cuya capacidad de infiltración es reducida a consecuencia de su débil estructura.En consecuencia, el agua corre por sobre los campos erosionando la capa arable y llevándose con ella gran parte de la materia orgánica y limos, que vemos dándole color oscuro al agua de los arroyos y desagües.
El desarrollo de el fenómeno del niño durante el verano dio esperanzas a un gran número de productores que vieron menguados sus ingresos los 2 últimos años víctimas de la extrema sequía.
El problema es que al día de hoy se da el caso de que en 25 días ha llovido prácticamente lo mismo que llovió en los 10 meses que lo precedieron, pareciera un mal sueño que no cabía en la imaginación de nadie, para complicar un poco más la situación, los girasoles con rendimientos que no alcanzan para cubrir los gastos reciben un ataque de oruga medidora que obligó a hacer tratamientos de insecticidas con aplicaciones aéreas en los lotes que valían la pena.
Aun a pesar de estas vicisitudes, siempre es mejor lidiar con el agua que con la seca, el agua siempre trae vida, aunque esta vez duela un poco afrontar sus consecuencias.