Perspectivas agroclimáticas para la campaña agrícola 2009/2010

AGRO – A fines del presente mes de Mayo, el inicio de las siembras de los cereales de invierno, todavía persisten restos del prolongado episodio de »La Niña». Todavía persisten restos del prolongado episodio de “La Niña” que se extendió casi sin interrupciones durante los años climáticos 2007/2008 y 2008/2009.

Asimismo, cabe mencionar que, durante Marzo de 2008, la actividad solar observó un mínimo absoluto, no observándose la aparición de manchas solares, que marcó el final del Ciclo Nro. 23 de la evolución del Sol, dando inicio al Ciclo Nro. 24.

El nuevo ciclo solar alcanzará su máximo entre Octubre de 2011 y Agosto de 2012, y finalizará a fines de 2020, alcanzando una duración de 11 años y 9 meses, algo mayor que la duración promedio de 11 años. Su intensidad será entre leve y moderadamente por debajo de lo normal, lo cual podría representar un menor aporte de energía al sistema atmosférico.

Durante los próximos meses, la actividad solar comenzará a crecer pero, recién hacia el otoño de 2010, logrará alcanzar una intensidad suficiente como para producir una reactivación significativa de los procesos atmosféricos. Por el momento, sus valores se mantienen muy cerca del mínimo, por lo cual es muy probable que los procesos atmosféricos se mantengan perturbados por esta causa.

Este fenómeno puede estar relacionado con el calentamiento global producido por la liberación de gases de invernadero, es posible que, al menos en parte, se deba también a que los suelos secos que predominan en el área agrícola argentina son susceptibles a calentarse mucho más que si tuvieran contenidos de humedad más elevados.

Debido a esta combinación de factores negativos, la campaña agrícola 2009/2010 se está iniciando con una situación de sequía severa generalizada que, probablemente, demorará en solucionarse.

Por esta causa, debe preverse que, de Mayo a Septiembre, las precipitaciones se mantengan bajo lo normal en toda el área agrícola nacional, provocando un prolongado período seco.

Las temperaturas por encima de lo normal generarán una elevada evapotranspiración, que obligará a un cuidadoso manejo del agua de los suelos, a fin de que este recurso no se agote rápidamente.

Asimismo, debe contemplarse la posibilidad de que se produzcan heladas tempranas, debido a que, las irrupciones de aire polar, que serán provocadas por la baja radiación solar, y la falta de humedad de los suelos, se combinarán para generar marcados descensos de la temperatura.

Los pronósticos de temperatura del Océano Pacífico Ecuatorial indican la posibilidad de que “La Niña” se disipe hacia mediados del invierno 2009, momento en que se pasaría a condiciones neutrales.

Aunque esto determinaría el final del prolongado episodio de “La Niña” que afectó a las campañas agrícolas 2007/2008 y 2008/2009, es probable que la acción residual del fenómeno se combine con la baja radiación solar determinando que la primera parte de la primavera próxima observe un final tardío de la temporada de heladas y un retorno algo tardío de las precipitaciones.

A partir de mediados de la primavera, es posible que la disipación de “La Niña” y el gradual aumento de la radiación solar logren comenzar a normalizar el escenario agroclimático, permitiendo la activación de las precipitaciones. No obstante, el riesgo de heladas tardías persistirá hasta fines de Octubre o comienzos de Noviembre.

Durante el verano 2009, el escenario climático continuará activándose, siendo posible que, partir del otoño 2010, se pase a condiciones cercanas a lo normal.

Este perturbado escenario generará una serie de riesgos que pondrán a prueba a nuestros sufridos productores agrarios.

Debido a que la acción directa y residual de “La Niña” se extienda durante la segunda parte del otoño y la primera parte del invierno 2009 (Mediados de Abril a mediados de Agosto de 2009), a lo que se unirá la baja radiación solar, es probable que la evolución del agroclima evidencie algunos rasgos anómalos:

• Un final temprano de la temporada de lluvias.

• Temperaturas medias superiores a lo normal que, unidas a la disminución de las precipitaciones, determinarán una rápida disminución de las reservas de humedad de los suelos.

• Un comienzo temprano de la temporada de heladas.

Desde el punto de vista regional, puede preverse lo siguiente:

•Noroeste Argentino y el oeste de la Región del Chaco, Norte de Cuyo y el noroeste de la Región Pampeana y el Este de la Región del Chaco, el norte de Santa Fe y el norte de la Mesopotamia: Observarán un final temprano de la temporada de lluvias. La temperatura se mantendrá en valores superiores a lo normal, provocando un rápido consumo de las reservas de humedad de los suelos. Es probable que se produzcan heladas tempranas, sobre todo en los terrenos elevados.

•Núcleo Agrícola Central (Este de Córdoba, centro-sur de Santa Fe, sudoeste de Entre Ríos y norte de Buenos Aires). Experimentará una gradual disminución de la intensidad de las precipitaciones, que irán en descenso a medida que se desarrolla la etapa. La temperatura se mantendrá en valores superiores a lo normal, provocando un rápido consumo de las reservas de humedad de los suelos. Es probable que se produzcan heladas tempranas de moderada intensidad.

•Sur de Córdoba La Pampa y el oeste y sudoeste de Buenos Aires:

Tenderían hacia una marcada disminución de la intensidad de las precipitaciones, que irán en rápido descenso a medida que se desarrolla la etapa. La temperatura se mantendrá en valores superiores a lo normal, provocando un rápido consumo de las reservas de humedad de los suelos. Es probable que se produzcan heladas tempranas de elevada intensidad.

•Zona de Mar y Sierras (Sudeste de Buenos Aires): Experimentará una gradual disminución de la intensidad de las precipitaciones, que irán en descenso a medida que se desarrolla la etapa. La temperatura se mantendrá en valores superiores a lo normal, provocando un rápido consumo de las reservas de humedad de los suelos. Será probable que se produzcan heladas tempranas de moderada intensidad.

Perspectiva desde la segunda parte del invierno y la primera parte de la primavera 2009

Aunque es probable que el episodio de “La Niña” se disipe hacia mediados de invierno, cabe esperar que su acción residual se extienda durante la segunda parte del invierno y la primera parte de la primavera 2009 (Mediados de Agosto a fin de Octubre de 2009), a lo que se unirá la baja radiación solar, causando anomalías en la evolución del agroclima:

• Un comienzo tardío de la temporada de lluvias.

• Temperaturas medias superiores a lo normal que, unidas a la disminución de las precipitaciones, determinarán una rápida disminución de las reservas de humedad de los suelos.

• Un final tardío de la temporada de heladas.

Desde el punto de vista regional, puede preverse lo siguiente:

•Noroeste Argentino y el oeste de la Región del Chaco: Observarán un retorno tardío de la temporada de lluvias. La temperatura se mantendrá en valores superiores a lo normal, provocando un rápido consumo de las reservas de humedad de los suelos. Es probable que se produzcan heladas tardías, sobre todo en los terrenos elevados.

•Norte de Cuyo y el noroeste de la Región Pampeana y el Este de la Región del Chaco, el norte de Santa Fe y el norte de la Mesopotamia : Experimentará un retorno tardío de la temporada de lluvias. La temperatura se mantendrá en valores superiores a lo normal, provocando un rápido consumo de las reservas de humedad de los suelos. Es probable que se produzcan heladas tardías.

•Núcleo Agrícola Central (Este de Córdoba, centro-sur de Santa Fe, sudoeste de Entre Ríos y norte de Buenos Aires). Experimentará una gradual reactivación de la intensidad de las precipitaciones, que irán en aumento a medida que se desarrolla la etapa. La temperatura se mantendrá en valores superiores a lo normal, provocando un rápido consumo de las reservas de humedad de los suelos. Es probable que se produzcan heladas tardías de moderada intensidad.

•Sur de Córdoba La Pampa, el oeste y sudoeste de Buenos Aires y la Zona de Mar y Sierras (Sudeste de Buenos Aires): Experimentará una reactivación tardía de las precipitaciones. La temperatura se mantendrá en valores superiores a lo normal, provocando un rápido consumo de las reservas de humedad de los suelos. Es probable que se produzcan heladas tardías de elevada intensidad.

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