violador serial en esperanza – Fuerte sospecha de un psicópata sexual en casos de abusos sexuales en casas de familiasEl modo de operar se repite y ya es un desafío especial para la policía local. Lo cierto es que no existe registro en la historia de Esperanza. Un violador serial es demasiado para una ciudad que está acostumbrada a dormir sin llaves y hasta con las ventanas abiertas y dejar sus vehículos sin seguridad.Eso podía hacere hace 30 años; ya no.
La pesadilla comenzó a fines del año pasado cuando una jovencita, empleada de un comercio ubicado en zona del microcentro, fue atacada mientras dormía.
La chica, de poco más de 20 años, originaria de una localidad convencina a Esperanza dormía con su hermana. El sujeto le puso un cuchillo al cuello, la llevó hasta la cocina y la vejó. Su hogar se ubicaba cercano a la Terminal de Omnibus. Lo terrible del caso es que la chica ni siquiera le pudo avisar a su hermana que dormía a metros de su habitación. El depravado habría ingresado por una ventana.
Hace un mes atrás, una chica de 17 años, alumna secundaria que reside en Avenida Córdoba, en cercanía de Plaza San Martín fue sorprendida por lo quien se sospecha es el mismo sujeto, encapuchado y armado con un cuchillo, como en el caso anterior, quien ingresó supuestamente por un patio interno cuando la chica dormía en el fin de semana. En la casa también descansaba en esas altas horas nocturnas, su mamá.
El delincuente sexual la ató de manos y pies y tapó su boca con una mordaza. Cuando estuvo a punto de someterla la adolescente pudo hacer zafar la mordaza- lo que le lastimó la boca- y gritar pidiendo auxilio, lo que despertó a su madre e hizo escapar al miserable.
En estos dos casos hubo denuncia.
Días pasados, en el Barrio Este, sobre calle Castelli, una chica de 15 años fue atacada bajo la misma metodología. Eran las 3 de la mañana del sábado cuando se cree que el mismo depravado sexual ingresó a la casa e intentó someterla, pero ante la aguerrida defensa que ejerció la chica, quien se dice hasta alcanzó a tirarle con una silla, y los gritos desesperado clamando por socorro, escapó. Su madre dormía y cerca de su casa reside un policía que al escuchar el griterío corrió en auxilio al igual que su mamá.
El Comando y policías de varias direcciones cercaron la zona, hicieron rastrillajes pero no pudieron dar con el sujeto. En este caso de violación de domicilio e intento de abuso sexual la policía habría actuado de oficio.
Lo que es obvio es que el psicópata- de contextura delgada, de un metro setenta de altura aproximadamente y que usa un pasamontañas y un cuchillo- realiza inteligencia previa de los sitios y personas que atacará y que son las chicas cada vez más jóvenes. Todas las mujeres atacadas son de clase media.Y es evidente también que hace un plan de huída porque en las dos últimas oportunidades que no pudo concretar sus deseos enfermos, pudo escapar del cerco policial, el que fue inmediato y muy amplio.
Todos los hechos conocidos suceden los fines de semana y ninguno en la periferia de la ciudad con chicas de bajos recursos económicos como protagonistas, lo cual marca un perfil del agresor.
Su acento no lo distingue al hablar.
Los trabajos de inteligencia de la policía, las declaraciones de las víctimas y testigos cercanos, amigos y todos quienes quieren colaborar con las causas, se suman.
Los tres casos brindados en este informe son los que conocemos. Ignoramos si existen otros porque se trata de delitos privados donde existen reservas legales.
La noticia, lejos de pretender generar psicosis en la sociedad, es una nota de advertencia para la prevención de nuevos casos y el conocimiento de los hechos resulta vital en este sentido.